No es la primera vez que te lo mencionamos y evidentemente no será la última, pero uno de los grandes problemas de que los vehículos eléctricos no hayan alcanzado la popularidad deseada está directamente relacionado con la infraestructura de carga. Pero más allá del número de puntos de carga que están repartidos por todo el planeta, hay una nueva variable que se ha abierto gracias al último estudio realizado por USCALE en el que se muestra varias tendencias por parte de los usuarios de coche eléctrico en los que el denominador común es que les gustaría ver mejoras específicas.
Este análisis, realizado a casi 2.000 conductores de vehículos cero emisiones pone el foco tanto en el precio de las recargas públicas como en el rendimiento de las mismas. Pues bien, la conclusión más importante del mismo es que los conductores no son tan fieles a un proveedor de electricidad como se podría pensar a priori poniendo además como prioridad el rendimiento por encima de las tarifas.
Al mejor postor
precio de la recarga pública todavía está por debajo en términos absolutos que el repostaje de un coche de combustión, lo cierto es que el costo por recorrer la misma distancia se acerca al recargar un coche en carretera. Ejemplo práctico: para cubrir 100 km con un vehículo cargado en casa por el que puede pagar unos 0,20 euros por kWh y cuyo consumo sea de unos 17 kWh/100 km, el gasto es de 3,4 euros, frente a los 8,76 euros de un gasolina que gaste 6 l/100 km o los 8,16 euros de un diésel con el mismo gasto.
Relacionado:
Ahora bien, si cargamos en las estaciones públicas, el precio del kWh puede variar entre los 5,58 y 12 euros dependiendo del operador, ya que las tarifas que propone cada uno son variadas, pudiendo ser de entre 0,31 euros/kWh hasta los 0,64 euros/kWh del más caro para cargadores de más de 100 kW, que son los necesarios para viajar. De ahí que según el estudio, más del 80% de los conductores de coche eléctrico decida no ‘casarse’ con nadie y cargar donde más barato resulte.
cargadores que sean más rápidos.