El estudio sugiere que las mujeres posmenopáusicas con baja densidad ósea podrían beneficiarse del consumo de ciruelas si tienen ciertos microbios intestinales, lo que abre la puerta a estrategias de nutrición personalizada basadas en la microbiota.
El estudio sugiere que las mujeres posmenopáusicas con baja densidad ósea podrían beneficiarse del consumo de ciruelas si tienen ciertos microbios intestinales, lo que abre la puerta a estrategias de nutrición personalizada basadas en la microbiota.