Latinoamérica apuesta por la exploración de petróleo y gas no convencionales

Vaca Muerta, la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales. - YPF

Según el último informe Global Unconventional Roundup de Wood Mackenzie, México y Argentina tienen un potencial significativo para aumentar la producción de petróleo y gas mediante el desarrollo de recursos no convencionales.

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“A medida que las reservas convencionales disminuyen a nivel mundial, estamos viendo un resurgimiento del interés por los recursos no convencionales en varios continentes. Este cambio es especialmente pronunciado en América Latina, concretamente en países como Argentina y México, con Argentina a la cabeza de los esfuerzos y México iniciando los debates al respecto. El aumento del desarrollo de estos recursos podría transformar el panorama energético regional”, afirma Josh Dixon, analista de investigación sénior de Wod Mackenzie.

Vaca Muerta impulsa el crecimiento en Argentina

Argentina ya ha logrado avances significativos en este ámbito, en particular con su yacimiento de esquisto de Vaca Muerta. El país tiene como objetivo aumentar las exportaciones de petróleo a 1 millón de barriles diarios para 2027, lo que impulsará la inversión en infraestructura midstream. En este contexto, el yacimiento de esquisto de Vaca Muerta sigue siendo el mayor proyecto de petróleo no convencional fuera de Norteamérica.

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La zona del North Hub produce actualmente 27.000 barriles diarios y tiene potencial para aumentar su producción en 280.000 barriles diarios, pero requiere capacidad adicional de oleoductos.

“La zona North Hub de Vaca Muerta tiene el mayor margen de crecimiento. En la actualidad produce alrededor del 6 % del total de líquidos de Vaca Muerta, pero podría crecer hasta casi un tercio si se ponen en marcha las zonas sin desarrollar. La construcción de oleoductos y la rápida consecución de acuerdos sobre las zonas anunciadas como posibles desinversiones por TotalEnergies y Equinor serán esenciales para facilitar el crecimiento”, afirmó Adrian Lara, analista principal de Wood Mackenzie.

Los ambiciosos objetivos de México se enfrentan a retos

Mientras Argentina lidera los esfuerzos, México ha establecido objetivos ambiciosos para su sector energético, con la meta de producir 1,8 millones de barriles al día (b/d) y 5.000 millones de pies cúbicos de gas al día (bcfd) para 2030. Sin embargo, parece poco probable que estos objetivos de producción se alcancen únicamente mediante métodos de extracción tradicionales.

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“Dado este escenario, el aprovechamiento de recursos energéticos alternativos podría ofrecer una solución viable, ya que México posee recursos no convencionales sin explotar en varias regiones del país”, afirmó Marcos Bernabe, analista de Wood Mackenzie.

Según el análisis de Wood Mackenzie, la formación Agua Nueva, equivalente al esquisto Eagle Ford en Estados Unidos, se considera la zona más prometedora de México para el desarrollo del gas de esquisto. En un escenario optimista, esta región tiene el potencial de producir hasta 2,5 bcfd de gas natural. Aunque los volúmenes de producción no convencionales hasta la fecha han sido limitados, la región contiene importantes recursos de gas no convencional con un significativo potencial de desarrollo.

“El renovado interés de México en esta zona podría remodelar su panorama energético. Sin embargo, la capitalización del proyecto, la inexistencia de una cadena de suministro especializada y la infraestructura plantean retos importantes que probablemente dificultarían su desarrollo inmediato”, afirma Ismael Hernández, analista de Wood Mackenzie. “No obstante, nuestra opinión es que México probablemente explotará los recursos no convencionales debido a su enorme potencial”, añade.

Argentina y México consideran cada vez más los recursos no convencionales como un medio para alcanzar múltiples objetivos energéticos, que van desde mejorar la seguridad energética hasta satisfacer la demanda interna y aumentar los ingresos por exportaciones. Los avances de Argentina en Vaca Muerta siguen demostrando que los recursos no convencionales pueden crecer fuera de Norteamérica. Los ambiciosos objetivos de México, junto con formaciones prometedoras como Agua Nueva, podrían remodelar aún más el panorama energético de América Latina.

“Sin embargo, el éxito dependerá de la inversión continua, los avances tecnológicos y los marcos políticos favorables. Si se dan las condiciones adecuadas, esto podría impulsar significativamente la producción nacional, reducir la dependencia de las importaciones y, potencialmente, crear nuevas oportunidades de exportación”, concluyó Dixon.

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