Se prevé que la inversión mundial en energía aumente en 2025 hasta un récord de 3,3 billones de dólares a pesar de los vientos en contra derivados de las elevadas tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica, según un nuevo informe de la AIE y las tecnologías de energía limpia atraerán el doble de capital que los combustibles fósiles.
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“Cuando la AIE publicó la primera edición de su informe sobre la Inversión Energética Mundial hace casi diez años, mostró que la inversión energética en China en 2015 apenas superó a la de Estados Unidos”, añadió Birol. “Hoy en día, China es, con diferencia, el mayor inversor energético a nivel mundial, con un gasto en energía que duplica el de la Unión Europea, y casi tanto como el de la UE y Estados Unidos juntos”.
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En una señal preocupante para la seguridad eléctrica, la inversión en redes, que actualmente asciende a 400.000 millones de dólares anuales, no está logrando mantener el ritmo del gasto en generación y electrificación. Mantener la seguridad eléctrica requeriría que la inversión en redes alcanzara la paridad con el gasto en generación para principios de la década de 2030. Sin embargo, esto se ve frenado por los largos trámites de permisos y las estrictas cadenas de suministro de transformadores y cables.
Según el informe, la bajada de los precios del petróleo y las expectativas de demanda provocarán la primera caída interanual de la inversión en exploración y producción de petróleo desde la crisis de la COVID-19 en 2020. La caída prevista del 6 % se debe principalmente a una fuerte disminución del gasto en petróleo de esquisto bituminoso estadounidense. En cambio, la inversión en nuevas instalaciones de gas natural licuado (GNL) muestra una sólida trayectoria ascendente, a medida que se preparan para la entrada en funcionamiento nuevos proyectos en Estados Unidos, Catar, Canadá y otros países. Entre 2026 y 2028, se prevé que el mercado mundial de GNL experimente el mayor crecimiento de capacidad de su historia.