La industria solar estadounidense añadió 8,6 gigavatios (GW) de nueva capacidad de fabricación de módulos solares en el primer trimestre de 2025, lo que supone el tercer trimestre con mayor capacidad de fabricación registrada.
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El aumento de la fabricación proviene de ocho fábricas nuevas o ampliadas en Texas, Ohio y Arizona, según el informe U.S. Solar Market Insight Q2 2025 publicado hoy por la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA) y Wood Mackenzie. Además del aumento de la capacidad de módulos, la capacidad de producción de células solares de EEUU se duplicó en el primer trimestre hasta alcanzar los 2 GW con la apertura de una nueva fábrica en Carolina del Sur.
El informe revela que la industria solar estadounidense instaló 10,8 GW de nueva capacidad de generación de electricidad en el primer trimestre, y que la energía solar y el almacenamiento representan el 82% de toda la nueva capacidad de generación añadida a la red.
Si bien la fabricación y el despliegue de la energía solar siguen liderando la independencia y el crecimiento energéticos de Estados Unidos, los nuevos aranceles y los posibles cambios en los créditos fiscales federales suponen una importante incertidumbre empresarial para la industria y amenazan su crecimiento a largo plazo.
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“La energía solar y el almacenamiento siguen dominando la economía energética de Estados Unidos, añadiendo más capacidad nueva a la red que cualquier otra tecnología que utilice equipos cada vez más fabricados en Estados Unidos”, afirmó Abigail Ross Hopper, presidenta y directora ejecutiva de la SEIA.
Un éxito en peligro
“Pero nuestro éxito está en peligro. Si el Congreso no modifica la legislación aprobada por la Cámara de Representantes, que haría inutilizables los incentivos fiscales a la energía, los legisladores provocarán una peligrosa escasez de energía que aumentará nuestras facturas de electricidad y frenará el auge de la fabricación en Estados Unidos. El Senado aún tiene tiempo para corregir esto y garantizar la visión del presidente Trump sobre el dominio energético estadounidense”, añadió.
La incertidumbre arancelaria en toda la economía, los nuevos derechos antidumping y compensatorios (AD/CVD) sobre las células y los módulos procedentes del sudeste asiático, y los posibles cambios en los incentivos energéticos federales podrían obstaculizar significativamente el despliegue y la fabricación de energía solar en Estados Unidos, con el riesgo de provocar escasez de energía, pérdida de puestos de trabajo y cierre de fábricas.
“Los 10,8 GW de capacidad solar instalada en el primer trimestre de 2025 representan una parte significativa de la nueva generación de electricidad en Estados Unidos, lo que pone de relieve el creciente dominio de la energía solar en la combinación energética”, afirmó Zoë Gaston, analista principal de Wood Mackenzie.
“Sin embargo, nuestro análisis sugiere que el mercado solar estadounidense aún no ha alcanzado todo su potencial. Los cambios propuestos en los incentivos fiscales federales, junto con las continuas preocupaciones arancelarias, podrían afectar significativamente a esta trayectoria de crecimiento y provocar problemas en el suministro energético. Es importante tener en cuenta el papel fundamental de la energía solar en el panorama energético de Estados Unidos”, añadió Gaston.
Las previsiones de la SEIA y Wood Mackenzie para el sector, que tienen en cuenta los aranceles aplicados en el segundo trimestre, pero no las posibles reducciones de los créditos fiscales federales, apuntan a un descenso de la implantación en todo el país, lo que podría traducirse en una pérdida de inversión en las comunidades locales, déficits energéticos y un aumento de las facturas de energía para los estadounidenses.
La solar, en declive
Si bien las previsiones para la energía solar comunitaria se mantuvieron estables, todos los demás segmentos registraron un descenso en sus perspectivas a cinco años en comparación con el último trimestre, incluida una reducción del 14% en la implantación prevista de la energía solar residencial y una reducción del 6% en la implantación prevista a escala industrial. La reducción de los créditos fiscales para la energía, sumada a los aranceles recientemente impuestos, empeoraría sin duda el daño a la industria solar.
Un análisis independiente realizado recientemente por la SEIA sobre los efectos de la legislación de reconciliación aprobada por la Cámara de Representantes prevé una devastadora escasez de energía para la economía estadounidense si el proyecto de ley se convierte en ley. Si los legisladores no cambian de rumbo, se podrían perder 330.000 puestos de trabajo actuales y futuros en Estados Unidos, 331 fábricas podrían cerrar o no llegar a ponerse en marcha, y podrían desaparecer 286.000 millones de dólares en inversiones locales. El proyecto de ley también podría provocar una inflación energética masiva, aumentando los costes de electricidad de los consumidores en 51 000 millones de dólares en todo el país.